Hoy es mi aniversario, hoy hace justo un año que mi vida cayó en picado después de una semana en que había empezado a fallar el motor. Lo recuerdo porque el 18 de Julio es del día del Alzamiento de la nefasta dictadura de Franco. Lo mío no fue un alzamiento sino en decaimiento. Y estaba pensando ahora, que quizás este año sí sea el del Alzamiento mío, tras un año más mísero que mísero, el más triste que recuerdo y sobre todo, el más solo que jamás haya vivido, quizás toque resurrección.
Aunque no tenga casi nada a qué agarrarme, aunque una recaída en la primera remontada pueda ser mortal de necesidad, tengo que intentarlo, tengo que autoconvencerme, tengo que probar, tengo que sentir que es mi momento. Lo tengo que hacer por mí, y también por alguna gente que hay a mi alrededor: por ti que seguro que leerás esto; por ti que el sábado pasado me hiciste sentirme, en cierto modo, orgulloso de mi hombría; por los que desde el domingo me estáis apoyando en mi opinión; por quienes siempre habéis estado ahí aunque no seáis totalmente conscientes de ello; y también por lo que haya de venir, también por mi futuro, tengo que sacar fuerzas de flaqueza, tengo que verme como soy, tengo que ser capaz de asumir mis defectos y valorar mis virtudes.
Tengo que ser yo. Tengo que ser yo. Tengo que ser yo. Tengo que ser yo. Tengo que ser yo. Tengo que ser yo. Tengo que ser yo.
Tengo que ser yo. Tengo que ser yo. Tengo que ser yo. Tengo que ser yo. Tengo que ser yo. Tengo que ser yo. Tengo que ser yo.