sábado, 10 de febrero de 2007

Aprendiz


Quisiera poder aprender muchas cosas, aprender a hacer bien las cosas que no hago bien, aprender a saber callarme cuando tengo que hacerlo, aprender a hablar cuando debería en vez de quedarme callado. Aprender a hacer lo que nunca hice, a decir lo que nunca dije, a pedir lo que nunca pedí, a vivir lo que apenas viví. Llevo toda mi vida aprendiendo cosas... y aun me queda tanto por aprender. Creo que a este mundo venimos a aprender, y nos podríamos morir con noventa y ocho años en pleno de uso de las facultades físicas y psíquicas, y en nuestro lecho de muerte pensaremos que somos unos ignorantes. Podemos adquirir habilidades en una u otra materia, podemos conocer lo más importante y lo más intenso de una actividad en concreto, pero eso, además de no llegar nunca a dominarlo totalmente, nos limitará el conocimiento de otras cosas vitales. Me gusta ser aprendiz. Me gusta aprender de todo el mundo, de quien se cree por encima mía y de quien se cree por debajo, del señor ese viejecito y analfabeto que vive en la esquina y del más grande mandatario gubernativo, del adulto de cincuenta años y del niño de siete. Me gusta aprender de las personas y me gusta aprender de los animales. De las plantas y de los minerales, de los árboles y las nubes. Me gustaría ser sol, me gustaría ser luna. Quiero ser estrella y quiero ser oscuridad, quiero ser río y quiero ser ola, quiero ser como tú y que tú seas como yo. Quiero ser alma, quiero ser cuerpo.
Quiero aprender a volar y aprender a aterrizar. Quiero aprender, aprender y nunca saber.

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