Cuatro personas a mi derecha, otras tres a mi izquierda, yo en el centro. Como diez a mis espaldas. Entre cerveza y tapa, tapa y cerveza, escucho las conversaciones de unos y otros. A mi diestra las mismas historias de siempre mil veces escuchadas, contadas con la misma liturgia de las otras veces: las mismas palabras, los mismos gestos, la misma intención.
A mi siniestra, algo más interesante: lingüística, cine y recuerdos de infancia y adolescencia. Me inclino hacia este lado casi todo el tiempo e incluso participo.
Los del fondo más que hablar, gritan, y entre los ruidos de las tres conversaciones me pongo de los nervios. Intento concentrarme en lo buenas que están las puntillitas y lo fresquita que está la Cruzcampo. No escucho a los de poniente, muy poco a los de levante y mucho a los de detrás. Intento aislarme de tod@s y mi vista queda fija sobre la pared que está justo enfrente, pared que me sirve de espejo: me veo a mí mismo aislado como siempre, mientras los demás se agrupan y forman conversaciones de las que disfrutan, yo sólo pienso que esta noche cuando termine el tapeo y llegue a casa, se lo contaré a mi blog. Todo queda en lo que Juan Ramón llamaría: Mi blog y yo.
A mi siniestra, algo más interesante: lingüística, cine y recuerdos de infancia y adolescencia. Me inclino hacia este lado casi todo el tiempo e incluso participo.
Los del fondo más que hablar, gritan, y entre los ruidos de las tres conversaciones me pongo de los nervios. Intento concentrarme en lo buenas que están las puntillitas y lo fresquita que está la Cruzcampo. No escucho a los de poniente, muy poco a los de levante y mucho a los de detrás. Intento aislarme de tod@s y mi vista queda fija sobre la pared que está justo enfrente, pared que me sirve de espejo: me veo a mí mismo aislado como siempre, mientras los demás se agrupan y forman conversaciones de las que disfrutan, yo sólo pienso que esta noche cuando termine el tapeo y llegue a casa, se lo contaré a mi blog. Todo queda en lo que Juan Ramón llamaría: Mi blog y yo.
1 comentario:
Para encontrar, tienes que buscar. Si perdiste la dirección de tu vida, probablemente no la encuentres entre tragos en el bar de la esquina. Date un descanso, date tiempo y espacio para estudiar lo que es importante para ti.
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