domingo, 25 de febrero de 2007

Elegir

El domingo pasado me tocó estar en una mesa electoral, fue un día aciago. Un día aciago porque no he visto en mi vida referéndum más absurdo y vacío de contenido que ese. La Junta se gasta un pastón en organizar todo el tinglao (con lo que eso conlleva) sin explicar a la gente en profundidad y con certeza qué es lo que se está votando, cuando dentro de 3 meses tenemos otras elecciones y (digo yo) podría haberse hecho coincidir como se hace con otros comicios.
Pero no era esto lo que quería expresar, lo que quería expresar es que estando en una mesa se ven muchas historias, algunas me parecieron terribles, me parecieron terribles porque si bien en muchas ocasiones había oído que esas cosas ocurrían hasta que uno no lo ve no se lo termina de creer. Me refiero, concretamente, a las razones qué impulsan a alguna gente a votar y al sentido de su voto. He contemplado como una madre llamaba a su hija (interventora de un partido allí presente) para preguntarle qué tenía que votar, he oído a una mujer decir que ella traía el sobre que le habían echado por debajo de su puerta para que lo insertara en la urna (sin saber su contenido), he oído personas decir en voz alta que votaba lo que decía fulanito (personaje político del pueblo), he visto gente que decía que venía a votar por si algún día tenía que pedir un documento en el Ayuntamiento, he escuchado decir que apuntaran bien que él había votado.
Y después de todo esto... yo voté en blanco porque no me consideraba capacitado para tomar una decisión al no haber leído el estatuto. Y yo me pregunto: ¿A algún político le importa eso? ¿Tienen algún escrúpulo en decirle a la gente, esto es lo que tienes que votar porque esto es lo mejor? ¿No se les cae la cara de vergüenza de decir luego a los cuatro vientos que el pueblo ha hablado y el pueblo es sabio?
Al final de la jornada encontré las respuestas a esas preguntas: habían votado en blanco un tres por ciento de los votantes. Ese debe ser, más o menos, el porcentaje de gente a la que pertenezco.

sábado, 17 de febrero de 2007

Amar


Esta mañana fui al médico. Fui al médico y le dije que me hiciera un electrocardiograma de mi corazón. Él se preocupó porque normalmente los pacientes no van a él a pedirle esas cosas a no ser que tenga palpitaciones o la tensión alta. Pero en seguida lo tranquilicé, no es eso lo que quiero que compruebe en mi corazón.
Quiero que examine mi capacidad de amar, que compruebe si la tengo intacta o si se ha debilitado con los años. Quiero que analice si se volverá a acelerar con el próximo beso que dé, con el próximo contacto que tenga con alguna mujer, quiero saber si será capaz de transmitir y compartir amor con alguna persona. Si elevará y mantendrá elevados mis ánimos en un posible próximo encuentro.
O si quizás se mantendrá frío e inerte para siempre... paralizado por el miedo... resignado a no acelerarse por no llegar a la taquicardia.
El médico me dijo que para eso no hacía falta ninguna prueba, que si yo lo deseaba, que si yo ponía la intención, el corazón se encargará del resto. Que si me preocupaba mucho por el tema sería peor.
Ojalá lleve razón. ¿O quizás me equivoqué de médico?

sábado, 10 de febrero de 2007

Aprendiz


Quisiera poder aprender muchas cosas, aprender a hacer bien las cosas que no hago bien, aprender a saber callarme cuando tengo que hacerlo, aprender a hablar cuando debería en vez de quedarme callado. Aprender a hacer lo que nunca hice, a decir lo que nunca dije, a pedir lo que nunca pedí, a vivir lo que apenas viví. Llevo toda mi vida aprendiendo cosas... y aun me queda tanto por aprender. Creo que a este mundo venimos a aprender, y nos podríamos morir con noventa y ocho años en pleno de uso de las facultades físicas y psíquicas, y en nuestro lecho de muerte pensaremos que somos unos ignorantes. Podemos adquirir habilidades en una u otra materia, podemos conocer lo más importante y lo más intenso de una actividad en concreto, pero eso, además de no llegar nunca a dominarlo totalmente, nos limitará el conocimiento de otras cosas vitales. Me gusta ser aprendiz. Me gusta aprender de todo el mundo, de quien se cree por encima mía y de quien se cree por debajo, del señor ese viejecito y analfabeto que vive en la esquina y del más grande mandatario gubernativo, del adulto de cincuenta años y del niño de siete. Me gusta aprender de las personas y me gusta aprender de los animales. De las plantas y de los minerales, de los árboles y las nubes. Me gustaría ser sol, me gustaría ser luna. Quiero ser estrella y quiero ser oscuridad, quiero ser río y quiero ser ola, quiero ser como tú y que tú seas como yo. Quiero ser alma, quiero ser cuerpo.
Quiero aprender a volar y aprender a aterrizar. Quiero aprender, aprender y nunca saber.

sábado, 3 de febrero de 2007

Antes de irme a soñar


No sé por donde empezar. Quizás por el miedo a enfrentarme con el papel en blanco, o con la pantalla en blanco en este caso. Quisiera ser capaz de expresar en palabras (en pequeñas luces negras sobre pequeños puntitos blancos que se convierten después en pequeñas luces blancas sobre pequeños puntitos negros) algo, al menos algo, de lo que pasa dentro de mí. Quisiera vomitar y quedarme vacío, quisiera limpiar y quedarme brilloso. Y hoy, dos de Febrero, puedo decir que me he limpiado bastante, que estoy más limpio que cuando empecé la bitácora hace casi seis meses. Quisiera llegar a ti, a ti que me escuchas (que no sólo me lees sino que me escuchas) y poderte transmitir algo, al menos algo, de lo que pienso, de lo que sufro, de lo que deseo. Y en esta soledad de la pantalla en blanco, en este silencio de la noche en negro, mis dedos se mueven dirigidos por hilos invisibles (invisibles y quizás inservibles), sí, mi mente da vueltas en círculos concéntricos pero mis dedos giran en espiral buscando un centro, un centro quizás inexistente, quizás idealizado, quizás olvidado, quizás inalcanzable, quizás imaginado, quizás posible, quizás legible, quizás inentendible, quizás anhelado, quizás indeseado. Algo que sólo imaginé, que soñé en la soledad de sólo imaginar, en la soledad de solo (sin acento) soñar.